Curiosidades

EL MAR CASPIO

           En los distintos mapas que vemos en este trabajo existen dos versiones del mar Caspio: algunos consideran que es un mar cerrado y otro abierto (un gran golfo). ¿Por qué?
         En las reconstrucciones del mapa de Hecateo podemos ver que este geógrafo consideraba que el mar Caspio era un mar abierto.


Reconstrucción del mapa de Hecateo de Mileto 
(s. V a. C.) en el que se puede ver un mar Caspio abierto)

           Sin embargo Heródoto (I 202-3) y Aristóteles (Meteorológicas 352a 1-5) creían que era cerrado. Para la dilucidar la cuestión Alejandro Magno proyectó realizar una expedición enviando una flota que lo bordease. La expedición de Patroclo (285 a. de C.) concluyó –increíblemente- que el Caspio era un mar abierto. Razón: consideró que el delta de río Volga era un canal que comunicaba con el mar exterior. De esta forma se rescató la visión de Hecateo que pasó a los mapas de Eratóstenes, Estrabón, Mela o Plinio.


Reconstrucción del mapa de Eratóstenes
con un mar Caspio abierto.

          Finalmente Ptolomeo rescató la idea de un Caspio cerrado, como podemos ver en la imagen inferior. (Datos extraídos de Navarro Antolín, Macrobio, Comentario al Sueño de Escipión, ed. de Navarro Antolín, Bib. Clásica Gredos, en nota al II 5).


Reconstrucción del mapa de Ptolomeo 
donde se aprecia un mar Caspio cerrado.



LAS FRONTERAS DE LOS CONTINENTES


          Los romanos consideraban como frontera para delimitar Europa y Asia el río Tanais (Don), tal y como ya lo había establecido Heródoto. En cuanto a África y Asia, la frontera no era el Mar Rojo sino el río Nilo. Esta es la opinión, por ejemplo de Estrabón, (Geografía I 65 ).
            Un mapa así definido y orientado hacia el Este (este es el origen de la palabra orientación) presentará a Asia en la parte superior y a Europa y África en los lados laterales separados por tres brazos de agua en forma de T: el Don, el Nilo, como brazos horizontales y el Mediterráneo como brazo vertical. Esta forma de representación otorgaba a Roma mayor centralidad en el mundo al quedar reducida las regiones periféricas como China o la India a su mínima expresión.

            Así pues, un mapa mundi orientado hacia el Este, presentaba una forma de “T”. Esto es lo que se dio en llamar mapas de “T” en “O”, es decir, mapas con forma de “T” en el orbis terrarum. (Raisz, Cartografía, Barcelona, 1985, p. 21)

Reconstrucción del mapa de Agripa con orientación hacia el Este.
En rojo los ríos Tanais (Don) y Nilo.



LOS MAPAS DE “T” EN “O”


            Son un desarrollo medieval de la concepción romana del mundo. Su nombre alude a la forma de “T” sobre el Orbis terrarum. El simbolismo consiste en que el centro del mundo pasa a ser Jerusalén tal y como podemos ver en los tres ejemplos que siguen.

Mapamundi del s. XI, con Jerusalén en el centro.

          San Agustín, ya a principios del s. V, establece que la forma del mundo comprende tres partes: Asia hacia el Oriente, Europa en el Norte y África en el Sur y que Asia es tan grande como las otras dos partes juntas (S. Agustín, La ciudad de Dios XVI 17). Esta misma visión podemos verla en S. Isidoro, Etimologías  XIV 2, ya entrado el s. VII y se prolongará durante buena parte de la Edad Media. Además en este último autor podemos ver también que el orbis ya no se entiende como "globo", -tal y como lo hacía Plinio-, sino como rueda, círculo.


Mapa de San Isidoro en sus Etimologías (s. VII),
 con la forma de T en O.



Mapamundi del Beato de Liébana (776).
Puede apreciarse la gran extensión que se le concede a Tierra Santa y el Paraíso
(donde aparecen Adán y Eva) con sus cuatro ríos.
Se puede observar el mar Rojo está pintado de este color.