La Tierra es una esfera


      Aunque los pitagóricos intuyeron que la Tierra era esférica, fue Aristóteles el primero que lo formuló de manera científica (Acerca del cielo II 297a 8-34) hacia el año 350 a. de C. A partir de esta idea, como señala Raisz (Cartografía, Barcelona, 1985, p. 19) se descubrió la oblicuidad del eje de la Tierra, se establecieron los conceptos de ecuador, polos, trópicos y se dividió la superficie terrestre en zonas tórridas, templadas y frías.
       Aristóteles ofrece una serie de pruebas para demostrar la esfericidad de la Tierra entre las que destaca la observación de la sombra de la Tierra sobre la Luna durante los eclipses (de forma circular) o las diferencias sobre el cielo estrellado que se puede ver en las regiones del Norte y Sur de la Tierra. En ambos argumentos tiene razón. (Aristóteles, Acerca del Cielo II 297a 8-34).          
    Los geógrafos romanos como Plinio el Viejo asumieron esa herencia y utilizaron la expresión orbis terrarum (globo terráqueo) para referirse al mundo. Todos los tratadistas de época romana, desde Estrabón hasta Macrobio consideraron que la Tierra era esférica. En particular debemos referirnos a Plinio el Viejo, que en su obra Historia Natural, la mayor enciclopedia de la Antigüedad, recopiló teorías de todos los autores antiguos. En su libro II se reafirma en la esfericidad de la Tierra - a la que llama orbis terrarum, “globo terráqueo (Historia Natural, II 2) -, en función de diversos argumentos como el empleado por Aristóteles en relación a la observación de las estrellas (Historia Natural, 164, 177).
        La concepción del mundo como un globo (orbis terrarum) dejará su huella en las insignias del Imperio (signa imperii): bolas de cristal (pomos) que el emperador sostenía en su mano junto a su cetro y que simbolizaban su poder sobre el mundo, como las utilizadas por el emperador Majencio que fueron descubiertas en el año 2006 en la colina del Palatino.

Cetros de Majencio (principios del s. IV)
descubiertos en el NE del Palatino en 2006.


     La representación de Roma de la Tabula Peutingeriana también nos presenta a un emperador sosteniendo una pequeña bola del mundo en su diestra. Dado que el mapa es de la misma época que las bolas encontradas en 2006 podría tratarse de una de ellas precisamente.

Tabula Peutingeriana (s. IV d. C.).
Segmento correspondiente a Roma,
personificada en un monarca sosteniendo
el pomo o bola del mundo en su mano derecha
y el cetro en la izquierda.


      También podemos ver reflejada la esfericidad de la Tierra en este fresco romano con la representación de la bola del mundo. 

Fresco romano con la representación
del globo terráqueo (50 d. de C.)

          Sin embargo, en las Etimologías de San Isidoro (XIV 2), y pese a que este autor utiliza como fuente a Plinio, vemos la interpretación de orbis como círculo y no como esfera. La influencia de esta obra llega hasta el s. XV pues Pierre D´Ailly la utiliza en numerosos pasajes de su Imago Mundi (1410), como el de la división de la Tierra en tres partes en el que traduce al autor hispano, como él mismo reconoce (ed. A. Ramírez de Veger, p. 56-7). La diferencia es que el autor francés considera a la Tierra como una esfera.